En una mano tengo el celular, en la otra el cepillo de pelo junto con el mechón de mi hija Ximena que estoy cepillando, mientras le doy la orden a mi hijo Octavio de lavarse los dientes y a Sofía de terminaras la leche. Son las 7:30 de la mañana y mi día ya comenzó. Ya de camino firmo la circular, mientras les doy la mano a los 3 y con un chiflido paro el camión que los llevará a la escuela.
¿ Acaso te suena familiar esta escena?
Claro que si, segurísimo que si eres mujer con hijos, te identificas con esta escena y si no tienes hijos, también es muy cercana: Hablo por teléfono mientras desayuno y veo las noticias, muevo los coches del vecino para poder salir, me pinto en el alto mientras, leo lo necesario para la junta de las 8:30 a.m, y espero poder meter la clase de yoga en algún momento de mi día.
Pero como eres mujer por ahí dicen que puedes con esto y mas, mucho mas.
Las mujeres son como malabaristas o como dice el anglicismo Multitasking y cuando nos lo dicen nos sentimos como orgullosas, es un cumplido y pensamos: ” wow yo si puedo hacer muchas cosas a la vez y los hombres no”¿En verdad podemos? ¿Acaso el cerebro de la mujer tiene un chip especial que nos hace capaces de hacer 3 o mas cosas a la vez y hacerlas bien? ¿En verdad estamos dotadas de estos súper poderes?
La respuesta es no y si. Si son cosas simples como caminar y comer chicle, o manejar y platicar con una persona a tu lado. Pero la verdad es que los estudios dicen que ni las mujeres, ni los hombres pueden en realidad ser Multitasking es una utopía, de hecho el termino viene de las computadoras, así que no aplica a nosotros, ya que no somos máquinas.
Ser Multitasking significa poder hacer dos cosas al mismo tiempo, simultáneamente y hacerlas bien, por ejemplo; Dar una conferencia y escribir un artículo, en el mismo instante las dos cosas a la vez, o tener relaciones sexuales y leer un libro. Visto así es obvio que no podemos, tenemos la capacidad de atender una cosa y luego poder cambiar mi atención a otra cosa. En lo que si me puedo volver mas hábil es en la velocidad en la que cambio de una cosa a otra. El tiempo que me toma, terminar de leer y ponerme en sintonía para el amor. Eso si lo podemos lograr.Pero la pregunta mas importante sería ¿Te interesa ser Multitasking? A mi definitivamente no.
La imagen convencional de una mujer exitosa hoy en día es que es una maravillosa malabarista, que de alguna extraña manera se mueva lo suficiente mente rápido como para mantener en el aire y al mismo tiempo todos los aspectos de su ocupada vida.
Esta es una imagen bastante triste ya que la destreza fundamental del malabarismo, si nos damos cuenta, no es atrapar, sino tirar. Para mantener todos los objetos en el aire, tienes que deshacerte de cada uno lo más rápido posible, sin que apenas toquen las yemas de tus dedos antes de lanzarlos otra vez y preparándote para tirar el próximo objeto. Ninguno se queda en ti el tiempo suficiente para disfrutarlo, para saborearlo, para olerlo, para vivirlo. Una vida plena es lo opuesto al malabarismo. El secreto de vivir una vida plena es saber como atraer solo unas pocas cosas hacia ti. Requiere que seas exigente, sagaz, selectiva, intencional, calmada y que puedas poner mucha, muchísima atención. Estoy segura que sí, puedes encontrar momentos estimulantes en cada aspecto de tu vida, y seguro que si los tienes, pero para hacerlo, debes descubrir cómo atraparlos, cómo aferrarte a ellos, cómo entender su importancia y cómo dejarte dirigir por ellos.
Una y otra vez, escuchamos que es muy importante encontrar un balance en nuestras vidas, pero buscar ese balance parecería ser el blanco equivocado, es una exigencia muy alta, es casi imposible de alcanzar y deja muchas insatisfacciones.
Si volteas a ver a mujeres felices y exitosas, que si las hay, te darás cuenta que ellas ignoran el balance y procuran algo diferente, la plenitud. Ellas en realidad inclinan su mundo hacia esos pocos momentos que en realidad las satisfacen, lo que las hace felices, no andan por ahí diciendo que si a todo y luego tratando de clonarse para poder cumplir con todos esos compromisos.
Esto no es egocentrismo, créanmelo aunque toda la sociedad nos diga que nos tenemos que sacrificar y cumplir con todo, seleccionar lo que realmente me importa y me satisface es en realidad, la práctica de una vida plena y esto da la fortaleza que se necesita para proveer a todos aquellos que dependen de nosotras.