La hostilidad entre mujeres es mas sutil, no es común verlas dándose golpes, pero las heridas que ellas se provocan duelen igual que un golpe seco en la cara.
Cuando las mujeres son pequeñas no se pelean tanto como los niños, es más común ver estas actitudes a partir de la secundaría y se siguen de largo hasta llegar al ambiente laboral, primero pasando por las compañeras de universidad, familiares y amigas.
Identificar esta actitud entre mujeres no es fácil, ya que no siempre se tiene conciencia de que se esta participando en esta dinámica, no se sabe que es lo que hacen que las lastima tanto. Parecería que existen unos códigos ocultos y sutiles que son los que dan vida a la rivalidad femenina. Es muy común escuchar que los hombres son mas leales, menos conflictivos, cómplices unos de otros. Muchas mujeres en silencio se hacen pedazos.
El Bullying no es exclusivo de los adolescentes varones, sí es mas común entre ellos, pero entre las mujeres es tan sutil que muchas veces es difícil que los padres o los maestros se den cuenta y cuando llegan a la vida laboral ya es parte de ellas, son maestras en el arte de la rivalidad.
Las mujeres se secretean, se critican, ponen los ojos en blanco, se burlan, se ridiculizan “en broma”, se hacen la ley del hielo, se ponen sobre nombres: La mas popular es llamada “la dejada” la mas bonita “bruta” la estudiosa “nerd” y por lo general cuando una de ellas lo comenta con un adulto, lo que se les recomienda es no hacer caso, como si esto no fuera doloroso.
La verdad es que las mujeres pasan gran parte de su vida dándose hasta con la cubeta, sin avisar pueden sacar a una de un grupo de amigas que puede tener muchos años juntas, simplemente le dejan de hablar, la dejan de incluir, o planean un viaje en el que no esta invitada, pero se entera por las fotos en las redes sociales. Lo que es muy común es que después de actuar así, por lo general si se les confronta suelen decir “¿Pero que tiene?…No hicimos nada”
Las mujeres tienen un frase que utilizan para “no lastimar” pero que hiere como una daga en el corazón: “te lo digo por tu bien y porque te quiero” que va acompañada de una critica severa y sin anestesia.
La rivalidad entre mujeres afecta su autoestima, genera sufrimiento las hace sentir inseguras y no queridas, es un juego que destroza disfrazado de amistad. A las mujeres no se les enseña a respetarse y a darse a respetar, a ser solidarias y cómplices, no se les enseña a valorarse y a amar su cuerpo tal cual es, es por eso que entre ellas se lastiman, se critican y rivalizan.
Poner sobre la mesa este tema tiene como objetivo encontrar una solución, ponerle fin a esta situación, las mujeres no “nacen” así, lo aprenden, se les enseña a ser rivales es parte de la cultura que las pone en este papel. Pero eso puede cambiar, depende de educarlas en la fraternidad, el compañerismo, la aceptación, la solidaridad, el amor. Las mujeres pueden y deben tener relaciones mas constructivas, sanas y positivas.