Durante mucho tiempo las mujeres quedamos abandonadas en la sombra de la historia. Poco se hablaba de nosotras, aunque eso no quería decir que no tuviéramos una participación activa y fundamental, solo que no se ponía atención a lo cotidiano, a lo individual.
Con el paso de los años, las mujeres mexicanas nos fuimos cuestionando nuestro lugar en la familia, en la pareja y por último en la sociedad y nos fuimos abriendo espacios de participación donde nuestras voces y nuestras ideas fueron cada vez mas claramente escuchadas y tomadas en cuenta.
Con la igualdad de géneros llego para nosotras la igualdad de oportunidades tanto dentro del seno familiar como dentro del campo laboral y esto nos dio un rostro una voz y la posibilidad de tomar espacios de participación social. El rostro del país comenzó a cambiar y comenzamos a escuchar vidas de mujeres extraordinarias, participes de cambios políticos, culturales y sociales. Mujeres espectadoras y actrices de un cambio en la relación entre los sexos.
La famosa “Liberación Femenina” por la que tanto peleamos las mujeres nos permitió tener los mismos derechos que los hombres e igualdad de oportunidades, pero lo que se vio reflejado en los hogares fue algo completamente diferente, las mujeres tenemos dobles o hasta triples jornadas laborales, salimos por las mañanas a trabajar y por las tardes regresamos a casa a atender al maridos y a los hijos. Una labor que suele ser muy pesada y pocas veces compartida.
Actualmente las mujeres somos malabaristas profesionales, somos, profesionistas, madres, amantes, esposas, investigadoras, madrinas, doctoras, vocales, cocineras y sabemos curar el corazón partido de nuestras hijas o el ojo morado de nuestro adolescente.
Nos levantamos en la mañana y tenemos una agenda llena de cosas que hacer, porque además, somos idealistas y queremos un México mejor y luchamos cada una de nosotras desde nuestras trincheras por conseguirlo. Pero también queremos ser buenas madres y buenas parejas y buscamos heredar valores firmes a nuestros hijos para que el día de mañana de mañana sean hombres y mujeres de bien. Y buscamos ser buenas parejas por que nos gusta estar acompañadas.
Las mujeres somos guerreras y si bien las labores se nos multiplicaron, a todas ellas le ponemos en la medida de lo posible buena cara.
Nos toco una época extraordinaria, fascinante, llena de adelantos tecnológicos y científicos, podemos llegar a la luna, mas allá y también ver cosas por el microscopio bellísimas.
Estar en el “automático” cotidiano muchas veces no nos permite hacer un alto en el camino y disfrutar los logros que hemos tenido.
Así que en este mes en el que celebramos el día Internacional de la Mujer, te propongo que te des unos minutos para ti, has un alto en el camino y observa hasta donde has llegado, reconoce el camino que has recorrido, se justa contigo y se amable, celebremos hasta donde hemos llegado.